Intento Intelectualoide

Frikez híbrida, desdeñada y otras cosas estúpidas (Pequeño espacio reservado para toda clase de engendros paranoides e intelectualoides que generen mis chilangas neuronas, con suerte se hallará algo coherente, no lo garantizo).

20070116

Cambio

Después de escribir el post anterior, que me dejó muy muy muy muy pensativo, me acordé de que quería cambiar mi nick porque el que tengo ya no me gusta, el que algún día fué un chiste privado y espontáneo se ha convertido en un fastidio monótono que ya no me causa gracia.

En fin, ¿Sugerencias?

A los entes del más allá y del más p'acá que tienen la dicha y el privilegio de leer mis engendros paranoides e intelectualoides les pido sugerencias aunque sea mediante señales de humo (el hecho de que me las hagan llegar por un medio físico es OBLIGATORIO E IMPRESCINDIBLE (Las señales electrónicas también son un medio físico y el almacenamiento magnético no se queda atrás (es decir que también pueden usar los comments (digo, de preferencia, aunque un día me gustaría que alguien me enseñara a usar señales de humo))), puesto que de otra manera no podrían) En una semana lo cambio.

¡Plis, sugieran!

Hypatia

Quería hacerle un homenaje acá bien intelectualoide a Hipatia de Alejandría, empezaba más o menos así:

Tus cenizas reposan y el viento susurra tu nombre, a ratos lo grita, siempre parece estar a punto de fallecer. Pero tu no has perecido, el conocimiento es una llama que solo el deseo puede mantener viva y solo la determinación expandirla.

Pero el poder de la ambición junto a la desidia y mansedumbre del ignorante son capaces de encerrarla, mantenerla oculta, más no extinta.

Ha transcurrido más de un milenio y medio desde aquel fatídico día y tu fama aún estremece a los grandes entre los grandes, la admiración que provocan los ecos de tus obras justifican...
Pero no tenía caso alguno, pues el coraje que me provoca la historia de su muy trágico fin y los riffs de Iron Maiden me distraían y cortaban mi inspiración. Y es que razón no me falta, temo que estemos en el umbral de una segunda Edad Media y la impotencia me embarga y agarrota mis neuronas de una manera que, sinceramente, me sorprende. Sé que por ahí hay muchas Hipatias ocultas, subestimadas. Y quisiera conocer por lo menos a una, antes de que sean sus cenizas las que reposen junto a su antecesora. Quizás solo estoy paranoico.

A aquel que no me entienda, como me siento generoso, le ahorraré la debida visita a San Google y le proporcionare el link de un texto largo pero insuficiente sobre Hipatia de Alejandría.

Alejandría la vió nacer y perecer, pero los ecos de su obra siempre resonarán hasta el fin de los tiempos y la llama jamás se apagará mientras existan los deseos y la determinación que confiere la sed de conocimientos.

Bueno, al final nunca pude rendirle un debido homenaje a la más grande entre las grandes, pero al menos les habré pasado la noticia de sus existencia a los recién iniciados en estos menesteres.

20070102

No sé escribir

No puedo, ni quiero, por eso es intelectualoide mi blog, no hago chistes ni malabares, ni dibujitos graciosos, no escribo sonetos profundos porque si no son muy buenos, entonces son mediocres y la mediocridad de mi blog tiene su propia dignidad.

Tan es así que me confundo y nunca sé que escribir, si escribo de mi vida, puede caer por ahí algún ente non grato que me reconozca en chinga, tampoco escribo chistes porque esos solo los puedo contar así en vivo y en directo y solo me sé quejar por escrito, eso sí y como pocos saben.

Este blog ya no es un intento, es un insulto honroso, un escupitajo dedicado con pasión a todos los que creen que el fenómeno blog es lo in, lo nice. Porque ahora lo geek es lo nice. Chingao.

Odio que me pase eso, que lo que me gusta se ponga de moda, tengo unos pantalones a los que les escribí tres canciones de Pink Floyd y vivo con el temor de que se pongan de moda, como cuando ví a un par de fresas comentando sobre Joy Division-New Order weeeeee, es que es lo in weeee. Aquel día sufrí.

Entonces no sé, releyendo me doy cuenta de que los fresas son la causa de todos mis males, pues mis constantes ataques de sinusitis indeseada e involuntaria, pues es matapasiones, me provoca pronunciar mis ideas como uno de ellos. Y luego fueron mis Converse, detesto ver a los fresas usando Converse, porque quiere decir que los Converse están caros y terminaré comprando Vans de lona porque no me alcanza ni el dinero ni las ganas para unos Nike (que ya estuvieron de moda)

El sexo también está de moda, pero no tan fresa, santa suerte, tengo mucho que agradecerle a los santos varones que escribieron cierto librote de fábulas, pues en él indican que coger es pecado y es malo, pero lo malo es in weeee y yo solo les perdono a las fresas su magra sesera en momentos de urgencia, desesperación, mucho alcohol y ánimos voyeuristas.

Coger es pecado, coger es pecado, coger es pecado... Chingá, creer que coger es pecado es hacernos hijos del pecado y eso mancha la purísima imagen de nuestras mamacitas, tan santas, pero no como la virgencita y solo un día al año cuando se reúne toda la familia a darle más trabajo del que quisiera, porque ese, ese, es su mero día. Cuando veo una casa llena hasta la madre con el estéreo a todo volumen berreando cumbias y salsas, con hombres de mediana edad chingándose una guama al son de chistes colorados, escuincles castrantes y no tan inocentes echando una cascarita, adolescentes molestos repasando lo último de Carlos Cuahutémoc Sánchez para hacer su tarea y alguna abuela corriendo entre uno y otro con platos de unicel llenos de alguna plasta roja en cada mano me imagino una escena estilo nuevo cine mexicano de cuando algún macho machote con panza chelera demuestra su hombría rematando cinturonazos sobre el culo ya rojo de alguna mujer rolliza y sollozante, entonces suspiro y me alegra saber que aquellas son las familias normales mexicanas, funcionales en apariencia, porque la mía es anormal y desunida, completamente disfuncional, tomando en cuenta el estándar social, pues mi papá no se chinga unas guamas con los cuates al son de chistes colorados, mis hermanos son demasiado fresas para echar una cascarita y yo nunca tuve que hacer tarea de Carlos Cuahutémoc Sánchez... Entonces, la típica familia mexicana me viene a la mente y supongo que por la nuestra la sangre extranjera aún corre latente.

Esos tipos que se chingan unas guamas en la banqueta después los veo en las cantinas (nomás de reojo, pues yo nunca entro) sollozando recordando a su mamita (quién sí cogía) recién difunta que tan buena y linda era y ellos que tan amables y agradecidos que se portaron con ella. La idiosincracia, machismo y socialité nopal en su esplendor.

Caray, tan de película suena esto, un día saldré a mi calle con una cámara en la mano o meteré una en la casa del vecino de la esquina, pues es ranchero y muy machote con panza chelera, quizá me lleve un Ariel por retratar la cruda crudeza (Televisa dixit, creo) de la situación actual de la mujer mexicana, que tan de moda está, pues es lo in discutir temas de índole social como las muertas de Juárez, aunque no nos sepamos ni el nombre de una sola ni que les haya pasado a las pobrecitas, tan tiesas ahora.

Pobres fresas, pinches.

20070101

Primer post y la insoportable levedad de mi ser

Este es mi primer post del año. Lo que en realidad deseaba no era escribir un post a las tres y media de la mañana mientras mis dedos elegían su propio camino como consecuencia de la independiencia que los elixires alcohólicos les otorgan.

Yo quería mandar un mensaje por celular a alguien, llevo intentándolo desde antes de las doce de ayer y aún no puedo, nunca creí que llegara a obsesionarme así con un asunto tan trivial como decirle "Japi frikin niu yir" a alguien. Pero es que alguien es especial y eso, eso, me hace sentir de una manera más cercana a mi condición humana, porque alguien llegó en el momento justo y me da igual cómo es que me soporta tanto o confía en mí, me da igual porque solo me importa que está ahí presente, que llena aquel cachito que parecía ser el más gris de mi existencia.

Todo es efímero, todo es futil, sin sentido, pasajero, pero cuando alguien está ahí, no importa que tan leve, irrelevante y perecedero sea mi trayecto por este mundo, esta dimensión o como quieran llamarle, nada importa, ni pasado, ni futuro, solo el presente cuando ya no odio al sol ni a los lunes, cuando ya odio los domingos y los planes a futuro, cuando me dedico no a existir sino a ser.

Tengo sueño, pero quiero dejar plasmado a la relativa posteridad que me ofrece blogger mi deseo más profundo en este momento (después de ganarme la lotería y el premio nobel): No te vayas, quizá habrá muchos para tí, pocas para mí, pero ahí estaré, no te vayas, ahí estaré, no como psicópata obsesivo ni acosador hollywoodense, simplemente ahí estaré como siempre, no esperándote ni buscándote, pero presente, ahí estaré...

Pinches delirios de borracho.

Te quiero.