Mientras el jet set nopal se regodea con los logros de sus connacionales en la industria fílmica extranjera achacándolos a la mera chingonería de la raza mexicana, yo, amo y señor de estos lares, reflexiono profundamente, en calzones esperando a que concluya un download (Gracias, tú...), que esta supina alegría es reflejo fiel de la soberbia y racismo presentes en las mentes preclaras del México moderno.
Y es que, queridos fantasmas, el hecho de que al Negro Iñárritu, a Memo El Gordo del Toro y al Chivo Lubezki les haya ido tan pero tan bien cosechando cuanta presea les resultara posible fuera de nuestras fronteras, no quiere decir que el cine mexicano esté en la gloria, no no no, el cine mexicano está en un pozo esnifando hemorroides infectas rogando por las sobras del gobierno u ofreciendo las nalgas a cuanto posible patrocinador privado sea posible.
Pero la alegría sigue ahí... ¿Pero, por qué? Al contrario, tristeza debería de ser, pues los pocos cineastas o similares con gónadas y recursos suficientes para triunfar tan solo han recibido en plena faz un insigne trozo de materia fecal por parte del jet set arriba mencionado, pues ¿Qué mexicano idiotizado por Televisa, TvAzteca o Segob sabía donde estaba Iñárritu antes de "Amores Perros"? ¿Quién de aquellos conocía la trayectoria de Gustavo Santaolalla o Emmanuel Lubezki? ¿Alguno de esos tenía las más putírrima idea del trabajo de Arriaga anterior a su equipo con Iñárritu? ¿Quién no le hizo el fuchi a Memento, El Espinazo del Diablo o Hellboy? ¿Alguien supo de la trayectoria de los Cuarón entre Y tu mamá también y Harry Potter and the Prisoner of Azkaban? ¿Conocen a Carlos Reygadas o a Arturo Ripstein Jr? ¿Alguien ha visto el último documental de Juan Carlos Rulfo?
La respuesta todas las preguntas anteriores es lisa y llanamente negativa , pues aquí en México no se apoya ni tantito al cine mexicano, los sindicatos existentes son una mafia similar al SNTE pero de mas raigambre y pedorrez, aquí solo se solicita a aquel de quien se pueda colgar la fama, por poner un ejemplo: The Pan's Labyrinth. Algún pendejo de los que organizan los Oscars no pensó ni tantito que lo único de mexicana que tiene esa película es a su director, siendo que esta es una coproducción estadounidense y española, y ahí van como borregos acefálicos los reporteros de espectáculos a tragarse todo el truño sin tener la decencia de investigar siquiera que pedo con esa película, lo que importa, al fin, es que es mexicana... Tan mexicana como las sevillanas y el jamón.
Desde luego, que si alguno de ellos se hubiera quedado en México mamándole la teta o algo más oscuro a Don Emilio Azcárraga Jean Jr. jamás de los jamases se hubiera acercado a alguna de esas alfombras rojas a las que tan asiduos son, Reygadas jamás se habría llevado semejante reconocimiento en Cannes, tampoco Iñárritu, del Toro tampoco habría llegado a tocar jamás un BAFTA y así... Entonces ¿Dónde está la alegría? Pues son los cineastas mexicanos, como individuos, quienes celebran, los rechazados, los revolucionarios, los rojillos, los indeseables; no el cine mexicano. (Aunque a mi parecer, deberían de bajar de su nube a Salma Hayek, vergüenza nacional por donde las haya(Aunque tiene un par de vergüenzas que la salvan (Pero nomás tantito)))
Al diablo, al diablo, felicito a mis connacionales triunfadores por esos huevotes, por irse a buscar a otro lugar lo que realmente valen y dedicarse a hacer cine de calidad, universal, no mexicano ni gringo ni español, pues perderían su escencia.
Y a todos ustedes, señores del CCE, COPARMEX, Televisa, TvAzteca y demás, chímguense, y dejen de colgarse como putas urgidas de las mangas de aquellos cineastas, no se merecen ni un escupitajo de ellos, eso le pasa por andar discriminando a negros y gorditos ¿O acaso antes de Carstens o Norberto Rivera los tenían en alta gloria?