Intento Intelectualoide

Frikez híbrida, desdeñada y otras cosas estúpidas (Pequeño espacio reservado para toda clase de engendros paranoides e intelectualoides que generen mis chilangas neuronas, con suerte se hallará algo coherente, no lo garantizo).

20060811

Dias de Agosto II

El camino

Finalmente logramos salir de mi casa, con un retraso extra de 20 minutos.

Verán, yo estaba segurísimo de que algo me faltaba, pero segurísimo. El monitor ya estaba empacado con protección extra, la información ya estaba revisada, impresa y engargolada, y todo lo empacable se hallaba empacado, pero aún así me carcomía aquella sensación de ansia. Toda la tarde había estado buscando la tapa de mi flash memory y más hacia el final de la velada, "Quizá es eso", pensé.

Me rendí, no valía la pena preocuparme tanto por una tapa, ya aparecería cuando volviera de Veracruz, por el momento había cosas más importantes por las cuales preocuparme. Salimos, en la puerta de entrada bromeé de nuevo "Siento que algo me falta", a lo que el Cuaresmeño me contestó "¡La tapa de tu memory!", automáticamente me llevé la mano al pecho, donde en teoría colgaba mi memory destapada, y ¡Oh, Saturno! Ni la tapa ni la memory destapada colgaban de ahí, se fueron de farra y mi cuello tuvo a bien retener a su inseparable listón. Momento Kodak.

Volvimos en tromba a mi revuelta morada, era menester hallar el dichoso aparatito. El ajetreo era inaudito, volaban papeles, eufemismos zurcaban el aire, estallaba la cólera, tronaban las granadas, la metralla hería, los héroes faltaban y las leyendas se forjaban. Fué entonces que visulmbré mi vocación de futurólogo que me llevará aún más lejos que al Oráculo de Delfos, de mis labios jamás han salido palabras más proféticas "¿Cuánto a que encuentro primero la tapa y después la memory?" Y así fué. Nunca experimenté una emoción tan nihilista como la de aquel momento, mi tapa, mi deseada, amada y ahora inutil tapa de memory, por fin. Pero faltaba su complemento, la mugre de su uña, ¿Dónde estaría?

Estaba empacada dentro de la caja del chingado monitor...

Eufemismos más tarde nos hallabamos recorriendo el caótico centro de la Ciudad de Aguascalientes, que trasciende, con asistencia vía satelital. Pero no crean, no, que mi equipo iba preparado para cualquier eventualidad con una laptop y una miniparabólica apuntando al Satmex 5, o un GPS de ultimísima generación, ¡NO! La asistencia era a través de un vil teléfono celular que cada que sonaba provocaba dentro del carro y de manera generalizada un movimiento similar al de las almejas en Salsa Valentina. Finalmente llegamos al destino: Un estacionamiento de mala muerte escondido a dos cuadras de una avenida de mala fama, sobre todo en la noche.

El transporte que nos refugiaría por catorce o mas horas era una lata de aluminio marca Toyota Hiace, que por fuera luce rebonita, pero rebonita y por dentro también. Aparte tanía un remolque para llevar toda nuestra parafernalia, el problema es que el remolque estaba refeíto, y era tan confiable como una lancha agujerada.

Y por si algún lector se merece el calificativo de merluzo, tiene suerte de que me sienta generoso esta noche y recalque lo obvio: Fuimos los últimos en llegar y nos mandaron hasta atrás. Ahí me dí cuenta de que los japoneses son unos enanos masocas y que quieren dominar al mundo madreandole la espalda con sus automoviles anémicos. Para ilustrar lo anterior, propongo un ejercicio mental: Cierre los ojos, bueno no, pero imaginese que los cierra, imagínese una L mayúscula gigante, sientese en esa L, ahora recuerde que no puede reclinar la línea vertical, ahora imagínese que esa L está acentuada y el respaldo para la cabeza le obliga a someterse a penitencia católica, por 14 horas seguidas. Aquella era nuestra triste situación, al llegar a Puebla, no sentía las rodillas ni las espinillas porque la dichosa camioneta está diseñada para transportar a enanos orientales o circenses.

Aparte el remolque se veía capaz de aguantar una gran cantidad de cajas, yo calculo que un conjunto de 2*2*5 metros de cajas, pero vacías.... Ni La Famiglia ni mi madre confiaban en que aguantaría las 14 horas seguidas.

Continuará...

0 Declaraciones Indecorosas:

Publicar un comentario

<< Home