Intento Intelectualoide

Frikez híbrida, desdeñada y otras cosas estúpidas (Pequeño espacio reservado para toda clase de engendros paranoides e intelectualoides que generen mis chilangas neuronas, con suerte se hallará algo coherente, no lo garantizo).

20060809

Dias de Agosto I

El preludio e introducción

Yo participé en la ESI AMLAT 2006 con un proyecto elaborado en equipo. Eramos tres personas, a mis compañeros los llamaré el Siniestro y el Cuaresmeño, y los llamaré así nomás porque se me pega la gana. Habíamos estado trabajando por cerca de dos años en un proyecto científico que nos había robado bastante, tuvimos que aguantar asesores gays-no-salidos-del-clóset, varios eventos agotadores, noches en vela, chingas y sacrificios variados al por mayor. Pero valió la pena, finalmente clasificamos para un evento internacional.

Uno pensaría que con la clasificación ya habíamos chingado, y ya, ¡listo, walá, shazam! Pero malos augurios y una nube negra se cernían sobre nosotros, iba a llover, de hecho llovió. A la escuela se le acabó el dinero para mandarnos a Veracruz (pero le alcanzó para comprar como media tonelada de cantera rosa).

Os invito, pues, a presenciar mis penas y las de mis abnegados compañeros:

Era un fin de semana más caluroso que la rechingada, podía freir un huevo en la tapa de una hielera llena, el viento tan solo transportaba el calor y barría el polvo. Aquella había sido una semana retacada de sucesos poco comunes y la tensión podía cortarse con un cuchillo de palo.

Era el domingo 30 de Julio y esperaba la confirmación de la asistencia de mi equipo a la ESI AMLAT 2006, que comenzaba ese mismo día.

Después de un fallido intento de reparar el tanque de gas de mi casa, salir vivo y checar que la impermeabilización de las goteras estuviese correcta, estaba a punto de rendirme, dispuesto a mandar todo al cuerno y eliminar todos mis avances: Eran las 3:25 de la tarde y aún no teníamos noticias.

Todo había comenzado el jueves anterior cuando nos avisaron que de todos los equipos (eramos 5 equipos), el nuestro era el único sin asistencia confirmada, ya que como miembros de la Delegación Mexicana, el chistecito nos salía unos 600 dólares más caro que a los demás, que iban como parte de la delegación estatal. Entonces comenzó un ciclo de incertidumbre durante el cual nos dimos a la tarea de juntar 450 dólares entre los tres en un plazo de un día, el viernes, para depositar el dinero sábado. Pero el sábado no es posible depositar a las cuentas en dolares.

Obviamente, la muy imprevista situación nos retrasó mucho en el avance del proyecto, el asesor gay-no-salido-del-clóset se distanció aún más de nosotros, y no quizo ayudarnos a preparar una exposición decente. En aquel momento juramos que el le haría una visita indefinida al acuario de Veracruz, cortesía del equipo.

El sábado recorrimos media ciudad buscando una casa de cambio y un banco abierto, hicimos malabares, escapes houdinescos, sorteamos obstáculos de antología, logramos tiempo récord, llegamos justo cuando cerraban la puerta, pero un ejecutivo quizo ayudarnos, oh oh, la esperanza... pero desvanecida: Los sábados no se puede depositar a las cuentas en dolares...

Nos dijeron que aún se podría, solo era cuestión de dos llamadas, y a esperar.

El teléfono sonó, era una voz de trasvestí recién castrado: "Jóvenes, vénganse ustedes, que sus padres depositen el lunes a primera hora, los esperamos en el centro a las 8:30 en punto" El asesor había hablado.

Pero he aquí la cuestión, despues de tener una semana tan mala, donde todo nos salía mal, ¿Qué nos aseguraba que por fin había terminado?

Nos reunimos todos en mi casa, era preciso armar las maletas, revisar, corregir, imprimir, respaldar y engargolar la documentación, empacar mi preciadísimo monitor plasma LG Flatron®, empacar la computadora del Siniestro, el teclado del Cuaresmeño, las bocinas y el supresor de la escuela. También faltaban el stand, la información del stand, los logos, la exposición, la tapa de mi memory, pilas para mi cámara y el kit de viaje.

Eran las 8:30 y aún faltaba la mitad de las cosas, encima me tenía que bañar. Entonces llamamos "¡Esperad, esperad, que pronto ahí andaremos!" exclamamos, "¡Huevos, ya bastante tiempo habeís tenido, nos largamos con premura!" Pero no contaban con nuestros enviados especiales: La Famiglia. El jefe de La Famiglia era el padre del siniestro, quien con mucha presteza se fajó los pantalones y declaró valientemente: "¡Nel, aquí se aguantan, 150 bucks me habeís sacado, o se van todos o no va nadie!" y así se vieron destrozadas las esperanzas ajenas de dejarnos atorados en este, el perdido pueblito de Aguascalientes.

¿Llegaremos?

Chéquense el proxímo capítulo, con mas acción para toda la familia: Días de Agosto II, El viaje.

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