Quiero quemar Televisa

Así de simple, si un día voy por San Ángel Inn, o como se llame aquel pozo, y se me atraviesa un encendedor en el camino y 500 galones de gasolina, no me lo pienso, la quemo y ya.

Nomás porque sí, no porque no paguen impuestos, con lo que aportarían suficiente capital para sacar al país del hoyo; ni porque tengan idiotizada a población y media, ni porque hayan hecho una caricatura del Chavo del Ocho, ni porque hayan engendrado RBD, ni porque Emilio Azcárraga Jean está más feo que la chingada, ni porque le vayan al América, ni porque odie a Angélica Vale, ni porque quiero meterle un cactus venenoso por el orto a Origel y a todo el reparto de "La Oreja", ni porque arruinen todo con doblajes cutres, ni porque sus exportaciones son una vergüenza para México, ni porque ellos trajeron Big Brother a México, ni porque se aferran al monopolio, ni porque ellos editan NatGeo para México, ni porque ocultan información, ni porque son unos pinches amarranavajas, ni porque meten su puta cuchara hasta en el escusado del hijo del cuñado del sobrino del ahijado del amigo del tío del hijo del hermano del papá de la niñera de Bobby Larios o alguien más insignificante (si se puede), ni porque son unos pinches oportunistas, ni porque cada día estamos más cerca de parecer una novela de Ray Bradbury, ni porque le lamen el ano a cuanto cabrón suelte lana, ni porque los encuentras hasta en la sopa.

Las ideologías sociales déjenselas a los pinches luchadores sociales. Yo solo quiero ver fuego.